11 diciembre, 2006

Sobre la sangre y la esperanza de vida

Hoy me desperté por la noche. Tenía frío. Notaba algo húmedo en mi estómago. Las sábanas estaban empapadas en sangre. El cordón umbilical que me une a ti acababa de salir directo de mi corazón por mi estómago y estaba sangrando...

Traté de parar la hemorragia, pero ya era demasiado tarde. Está roto y podrido. Pero me alimenta cuando estás cerca. Me hace recuperar fuerzas y hace que la maquinaria funcione de nuevo, aunque tus ojos nunca lleguen a saberlo...

Pero conforme me alejo de ti, comienza a sangrar de nuevo...

5 comentarios:

Pat Robles dijo...

Aprovecha ese sentimiento, que un día te saciarás y no volverás a querer conectarte umbilicalmente (espero equivocarme, de todas formas)

Anónimo dijo...

Nooo!!! sangree!!! qué grimaaa!!! Definitivamente deberías explicar un poco más los posts para no crear tantas confusiones... ;-P

Anónimo dijo...

Supongo que hay técnicas para cortar los cordones.

the frail dijo...

Supongo que las hay, pero también supongo que solo ella puede hacerlo sin morir en el intento...

Anónimo dijo...

Líquido amniótico. Hace poco leí por casualidad que podía regenerar válvulas cardiacas.