14 febrero, 2007

"Sus palabras no fueron tristes, pero...

Normalmente cuando conoces a alguien se crea un hilo muy fino, tan fino como un cabello, que se dirige a tu cuerpo y se une a él suavemente. En ocasiones este hilo se dirige al cerebro, en otras a tu corazón y en otras al resto de las partes de tu cuerpo.

Suele ocurrir que este hilo puede ir aumentando su tamaño y su resistencia conforme pasa el tiempo, o por el contrario puede llegar a volverse tan fino que ni siquiera puedes verlo, porque seguramente ha desaparecido . A veces estos hilos son los que te ayudan a levantarte cuando te sientes débil, se rompen al aumentar la distancia, o por el contrario son los que te arrastran a un determinado lugar, hacen que tropieces o incluso debas llegar al punto de cortarlos, y siendo más drástico, arrancarlos. Puede que al hacerlo te dejen una pequeña cicatriz o una herida que debes aprender a cuidar.

En otras ocasiones unas pequeñas palabras pueden hacer que el hilo se tense y te produzca un fuerte dolor repentino. O puede que se tense tanto que llegue a arrancarte una pequeña parte de ti...

...no creí que me entristecerían tanto..."

4 comentarios:

D!aBLo dijo...

Eso es un cordón umbilical y a mí me pasa a veces con la vida, un hilo tan fino que a veces me suministra por fuerza deseos, ansiedades, temblores y otro tipo de convulsiones. Eso sí, siempre, siempre deja cicatriz.

Anónimo dijo...

Una vez soñé que todo el mundo estaba conectado entre sí por hilos... menos yo. Aunque yo era la única que los veía.

the frail dijo...

d!ablo: suele ser tristemente cierto

niha: supongo que me gustaría estar así, pero tampoco lo sé con seguridad. A veces es dolor te recuerda que estás "vivo"...

huelladeperro dijo...

¡Vaya, con que eso fue!
¿Y como cierra uno después el agujero?

Perdón, vengo sin anunciarme, hablo no más... me sorprendió lo bien que lo definiste

Guapo blog, muy sentido, volveré.