27 enero, 2007

Autocontrol

Caminaba despacio procurando no hacer ruido. En esta época del año el suelo estaba cubierto de ramas secas. Tenía frío y se sentía cansado. Pero sus mejillas estaban enrojecidas por el nerviosismo.

Siguió caminando, hasta que sintió el ruido. Ese ruido metálico que indicaba que se estaba aproximando. Se sentía inquieto. Su destino, estaba cerca.

Se aferró a las verjas intentando alcanzar el otro lado. Una vez allí se sentó y esperó pacientemente.

Al poco tiempo logró distinguir las luces. Se levantó. Contuvo la respiración y cerró los ojos, esperando con inquietud que llegase el momento…

El tren se acercaba… nada podía pararle…

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