13 enero, 2007

Noches en vela

No sé en qué se está convirtiendo esto. No alcanzo a saber en qué forma me está cambiando. Quizá esperaba más de mí, o incluso más de ella...

Simplemente me pregunto... ¿y ahora qué? La bomba de la esperanza ya me ha reventado en la cara, pero como siempre, trato de limpiar la sangre y pensar que he sido el culpable de hacerla reventar. No conozco una manera rápida para olvidar, al menos una que no castigue mi cuerpo y mi mente.

Desconozco si debo recoger los pedazos y seguir intentándolo, al fin y al cabo no he perdido nada, al menos de manera física. O por el contrario debo olvidarme de todo. No puedo olvidarme, es sólo eso. No puedo olvidarte. Qué demonios, el tiempo y el contacto me susurrarán al oído y entonces decidiré que hacer...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué crees que van a susurrar al oído el tiempo y el contacto? Yo creo que nada bueno...lookingforlsd.lb

exLyda dijo...

No te fíes. El tiempo tiene la mala costumbre de llegar siempre tarde, y el contacto acaba por erosionar. ¿Olvidar? En lo que a mí respecta eso sólo mantiene vivas las heridas. No puedes huir, sólo pretender que es posible una auto-reconciliación.