15 enero, 2007

Valoraciones morales del suicidio

La Teología dice que mientras para algunos el suicidio consiste en “darse la muerte directamente a sí mismo”; para otros, simplemente es “darse la muerte a sí mismo”, y aclara que aunque ambas opiniones son semejantes, encierran matices distintos. Mientras que para los primeros el suicidio directo es siempre intrínsecamente malo, para los segundos, el suicidio directo es siempre pecaminoso, pero el suicidio indirecto, no lo es. Precisamente, debemos entender, que el suicidio directo, es aquel en que el ser humano busca mediante un acto que de suyo es capaz de causarla; mientras en el indirecto, la persona se da muerte sin procurarla libremente.

Una clasificación posible de las tantas que se pueden hacer es la que divide los suicidios en:

  • Los vicariantes: se adelantan o aceleran el acto de la muerte que se vislumbra en un futuro, con la justificación de que no hay esperanzas y sólo creen ver a su alrededor sufrimientos y nada puede compensar el período de espera.
  • Los perfeccionistas: no toleran cualquier disminución de los atributos a su persona, lo mismo en la belleza que en la potencia sexual, o un defecto cualquiera, menoscabo económico o social, o la pérdida del poder y prestigio.
  • Los hedonistas: no soportan nada que constituya un impedimento o una disminución del placer de predominio sensual.
  • Los transicionales: ante ciertas crisis vitales de transición inevitables, optan por el suicidio.
  • Los sintomáticos: dependen de una enfermedad mental, psicosis, confusión mental, demencia y depresión.

Fuente: Wikipedia

3 comentarios:

exLyda dijo...

Dicen que hierba mala nunca muere, quizás por eso yo encajo en dos y he sobrevivido.

D!aBLo dijo...

Durkheim, en un estudio que hizo, distinguía varios tipos de suicidio (ahora no recuerdo exactamente). Para él todo estaba en la sociedad, y concretamente en el individualismo como patología social.

Siempre he sido escéptica con este razonamiento, todo es tan relativo, que dudo que una sociedad paternalista pueda eliminar el deseo de morir. Quizás solo somos seres pueriles que patalean ante la frustración.

the frail dijo...

No creo uqe nadie quisiese vivir si supiese que nunca podría morir...