Soledad, lágrimas y angustia
"...sabes, no es fácil de explicar. No sabes exactamente cómo ni cuando empieza todo. Es como si un día, de repente, te despertases en la más completa oscuridad. Estás desnudo. Lo poco que puedes distinguir no te resulta familiar. Te levantas. Colocas tus brazos en cruz y extiendes tus palmas todo lo posible. Giras sobre ti mismo, pero aquello y aquellos que se supone que deberían estar ahí han desaparecido. Puedes sentir la hostilidad en el ambiente. Puedes sentir el frío y el tacto húmedo. Puedes sentir el miedo. No sabes como escapar. Tienes miedo de dar un paso en falso y quedar atrapado para siempre. Pero al principio piensas que si no sabes muy bien cómo has llegado quizá todo se pase al despertar. Pero eso no ocurre. Cada vez que despiertas sigues ahí. La noción del tiempo es cada vez más confusa y la angustia y el cansancio crece a pasos agigantados. Intentas tranquilizarte y sabes que no tienes más alternativa que caminar y esperar no caer. A veces descubres que el agujero es aún más profundo y que las caídas son más dolorosas. Otras veces crees divisar una salida, aunque sólo es una jugarreta de tu falta de cordura. Sabes que el pasar por esto y el estar solo esta acabando contigo. Pero quizá tú escogiste ese camino. Es cruel, verdad. Pensar que has cavado tu agujero para ahogarte en tu mierda. Sabes, he aprendido que la solución no es ser como antes, y supongo que ya sabes la razón. Pero si sé que quiero que algunas cosas sean como antes..."
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