20 septiembre, 2006

Una breve lección de anatomía

Es increíble como hay momentos en los que desearía arrancarme la piel del pecho a tiras. Descubrir que cojones se esconde aquí dentro y me hace sentir así. Romper el esternón con mis puños y desgarrar la caja torácica para hurgar en mi interior he intentar arrancar de cuajo lo podrido antes de que se extienda a mi cerebro impidiéndome pensar.

Lo golpearé hasta cansarme y hasta enrojecerlo. Intentando dormir el dolor psicológico centrando mi atención en el neurológico.

Es difícil sentir el rechazo. Tratar de alcanzar algo, y cuando estás más cerca pillarte los dedos. No sé que sería de mí si mi cerebro no estuviese bajo el efecto de drogas legales, pero en un arrebato de tristeza, locura y dolor habría roto los hilos que dirigen mi cuerpo intentando sentirme libre y liberado. Que cojones importa, al fin y al cabo es cuestión de tiempo...

No leas esto, es malo para tus emociones, aunque después de un rato puede hacerte sentir mejor...

1 comentario:

Arrozconteciano dijo...

La mejor lección de anatomía la vimos hoy en el tren de regreso...